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Marruecos 2013
Crónicas Marruecos 2013
Día 1
De nuevo volvemos a la llamada de nuestra tierra querida, de los espacios abiertos, de la arena dorada, de pedregales sin fin, de soledades eternas, de gentes sencillas, a disfrutar de lo poco y vivir plenamente lo que nos parece un regalo de la vida.
El ferry,desde donde escribo estas primeras letras, ( son las 4.45),es la clave, como bien dice Bel, lo que nos acerca a nuestro pedazo de alma dormida y que al mismo tiempo, nos aleja de nuestras vidas, de nuestra gente, de lo que somos y conocemos, de nuestra rutina, de lo cotidiano, de nuestros logros y fracasos.
A medida que la distancia de la costa aumenta y la muralla del puerto con sus luces doradas nos despide, sentimos que comienza la aventura, que nos separamos de la presión diaria de tantas tramas, de desahucios, crisis y penas.
Ayer antes de salir de casa ya tuvimos un par de anécdotas, la primer de ellas no la conocen mis compañeros de batalla, porque la he querido reservar para estas letras, y porque sé que cuando la lean les va a encantar.
Ya conocéis el dicho de " la cabra tira al monte", pues eso fue lo que hice a primera hora de la mañana, como tenía todo preparado, cargo al gruñi ( mi coche tt) y decido darme una vuelta por el campo a la vez que me acercaba a la casa de "Mani" ( mote de Mac, que a su vez también es un mote) je je,
Veo un charco enorme que me estaba llamando y digo " allá que voy" entro con bastante velocidad, con mi ventanilla abierta, con lo que casi me zampo la ola, por lo que disminuyo un poco la marcha, sorpresa sorpresa, es bastante más hondo de lo que pensaba y sobre todo bastante más pegajoso, y el coche se para en mitad del enorme charco. "que no cunda el pánico", me digo, tengo dos maravillosas reductoras que me van a sacar en un pis pas, comienzo a maniobrar y el coche cada vez más hundido, " joder" esto se complica, miro a mi alrededor por si hubiera algún árbol donde poder enganchar la eslinga, pero como suele ocurrir, nada ni un matojo cercano y el coche cada vez se hunde más.
Empiezo a pensar en las opciones: llamar a Bel y que me venga a sacar del atolladero en el que me he metido, pero mi instinto me dice, "se van a estar riendo de mi todo el viaje", con lo que deshecho la idea y piso enfurecido el acelerador, adelante y atrás, como si no hubiera un mañana jajajaja, me voy hundiendo poco a poco, es el momento de decir: "abandonen el barco, las mujeres y los niños primero". El coche se va ladeando de forma sospechosa, pero consigo que una rueda se acerque al borde y pienso "el agua tiene que estar congelada", ya me veía con el agua hasta la rodilla metiendo palos debajo, jo que pereza, ni hablar, de nuevo maniobras, agua a borbotones y poco a poco voy despegando el coche del lodo, algo de espacio,piso a fondo, yujuuu, el coche se mueve poco a poco, hasta que por fin salgo y me digo: " Andrés de esto ni una palabra", jajajjajaja
La segunda nos ocurre en casa de Mani: mientras preparábamos los últimos detalles de las motos en el garaje de Mac, de repente, oímos un grito de terror de Amparo ( la mujer de Mac) de esos que parece imposible salgan de un cuerpo menudo y que indican que algo fatal está ocurriendo, tiramos las herramientas y nos acercamos corriendo a la casa, !Fuego! grita de nuevo, Mac va por el extintor del garaje, mientras yo miro las ventanas de la casa esperando ver llamas saliendo de ellas, entramos en la casa y vemos el horno de la cocina ardiendo, ! aleluya! el extintor funciona, cumple su cometido y llena todo de un polvo azul diminuto que se cuela por cada espacio de nuestros pulmones y proporciona un tono azulado a toda la cocina, que me recuerda a las casas de las películas de terror que llevan sin habitar un montón de años.
Prueba superada!!
Una vez que lleguemos a Melilla nos quedan más de 800 km de coche y remolque hasta llegar a Marraquech, desde donde comenzamos la ruta este año, nos espera el paso por la aduana, que es toda una experiencia y una incógnita, cada año nos sorprenden con algo nuevo, un papel que nos falta, una nueva reglamentación, colas eternas, pero que nos hace pensar: " empieza el baile".
Estos siguen roncando...
Un bso a todos.
Andrés
P.D: hoy es la fiesta de fin de carrera de Andri, tengo ya un hijo médico, lo que me llena de orgullo y satisfacción.
Día 2
Ayer llegamos a Marraquech desde Melilla, coche, carro, motos y 850 km de carretera que parecían no acabar nunca.
El paso por la aduana no deja se sorprenderme, esta vez tardamos cerca de dos horas: un papel, otro papel, un sello, otro sello, una firma, una cola, otra cola,identificaciones, un control, otro....
Es un lugar en el que piensas, "ya estamos en Marruecos", la gente se agolpa por todas partes, todos muy juntitos, sin espacio vital, cada uno respira el aire del vecino, hay mucho ruido, ruido de otros, que nos engulle y aturde, haciendo que nos sintamos parte de un amasijo, de un caldo con mucho condimento.
La gente aquí tiene otro color de piel, curtida por el sol, algunos cetrinos y acartonados, otros magullados por la vida con cicatrices atravesando sus rostros, algunos más pálidos y aceitunos.
Casi ninguno lleva gafas, que curioso, puede que no presten mucha atención al cuidado de la vista, que piensen que es un artículo de lujo, o que simplemente,no se las puedan permitir.
Caminamos entre miles de personas, todos ellos casi de la misma talla, les saco una cabeza, lo que me es muy cómodo para localizar a mis compañeros que se ufanan en negociar, hacer colas, rellenar papeles, esperar y seguir esperando ( no penséis que yo no hago nada mientras, yo les vigilo para que no se me pierdan, jajajjaja)
Es curioso pero esta situación no me pone nervioso, ya estoy acostumbrado, las motillos pasan por cualquier sitio, hay que tener mil ojos si no quieres que te atropellen, les encanta gritar, acelerar los coches sin ningún sentido, todo ello a las 6.30 de la mañana y después haber dormido cuatro horas en el ferry, es toda una experiencia.
Nos turnamos para conducir, con una paradita por el camino para comer algo, cuando sentimos que el culo se nos empieza a dormir. El dueño del garito es un tipo muy curioso que nos cuenta su historia, feriante por toda España y conocedor de personajes muy curiosos.
Al atardecer llegamos a Marraquech y buscamos el camping donde hemos estado otro año, para dormir y dejar coche y carro, durante la semana.
Estos ya se han despertado y me están dando el coñazo bastante, con todo tipo de guarradas y bromas, me tiran almohadones, no paran de hablar como viejas cotorras, !!! ufff que paciencia!
Anoche fuimos a cenar a la Plaza de jemaa el fna, Es un lugar muy especial donde se aglomeran miles de personas, muchas de ellas en corros, viendo a distintos grupos musicales, otros que bailan, algunos encantadores de serpientes, vendedores,y cientos de puestos de comida muy diversa que generan una columna de humo blanco que se ve desde la distancia y nos ayuda a localizar el lugar.
Un sitio, que creo se debe visitar una vez en la vida, cenar en un banco corrido, donde el de enfrente te mira mal si metes la mano en su plato de patatas, jajajja, mientras te sirven el pescado con las manos, calamares, lenguaditos, berenjenas, eso que podamos reconocer, eso sí, no os recomiendo que os sentéis al lado de los fuegos, con unas sartenes hirviendo, que me dejaron el lado derecho, desde la oreja al dedo gordo del pie a mil grados, menos mal que Bel me turnó un rato, porque empezaba a derretirme.
El día promete divertido, mi navegador definitivamente murió, así que espero no perderme, lo que nos va a obligar a ir más juntos y tragar polvo a tope.
Comienza el baile!!!
Día 3
Marruecos tercer día
La etapa de ayer fue d 360 km, la mayoría por pistas, desde Marraquech a Esaguira.
El día comenzó con una sorpresa, después de que Mac estuviera, la noche anterior, un buen rato intentado arreglar mi navegador sin conseguirlo, resulta que al ponerlo en la moto va el tío y se enciende, y no se apaga, que es lo que hacia continuamente al intentar acceder a los mapas; parece que el día empieza bien.
Salimos de Marraquech entre un tráfico bastante denso y un poco desordenado, definitivamente es la "ciudad rosa" todas las casas están pintadas de este color, aunque yo las veo naranjas a través de mis gafas polarizadas, lo que confirma el dicho: " todo es del color del cristal con que se mire", que nos recuerda la relatividad de nuestros criterios y que, a veces, nuestros sentidos nos engañan.
Tardamos bastante en salir de la ciudad, intentamos conseguir alguna cámara de repuesto, pero no la encontramos, así que decidimos que los parches deberán ser suficientes....
Los primero tramos de pista son muy hacheados y pedregosos , con fincas enormes a cada lado, lo que me hace pensar que una minoría son los que manejan los dirham.
Pasamos por paisajes lunares, en los que el terreno es sólo de piedra, por los que es difícil llevar la moto, algunas pistas rápidas, en las que vamos a más de 100 km/h, otras son senderos estrechos, en los que vamos en primera, entre piedras que forman escalones enormes y que nos obligan a extremar el cuidado porque la galleta puede aparecer en cualquier momento.
Todo el comienzo es desértico, amarillo y pedregoso, con algún matojo, que recuerda algo de vida, paisaje muy duro, sin un solo árbol donde guarecerse, pista y más pista.
Al comienzo me ha parecido que la moto no iba bien, la sensación es que la rueda delantera iba dando bandazos, como si estuviera pinchada y al tumbar un poco, la moto tumbaba de repente más de lo deseado, paro varias veces, pero todo parece estar bien, es la sensación de los neumáticos que llevamos y la mezcla de cámara delante y mousse detrás, que hace que la moto "flanee", imaginaos el movimiento de un flan, " boing boing", pues eso....
La primera parada, a echar un "cigarrito y 20 pedos", frase famosa de un colega de Burgos, que aunue escatológica, describe bastante bien estas paradas, en las que " descargamos" me refiero a la tensión acumulada, jajajjaja, que mal pensados, y comentamos la jugada y como vamos cada uno.
Pasamos por pueblos fantasma, de casas de adobe, que parecen abandonadas, pero con "personajes de puerta" (!si te fijas en la penumbra de los zaguanes, suele haber una silueta, a veces encorvada , otras un niño tímido que no se atreve a salir, otras una mujer con su sari en tonos
pastel.
Pasamos algunos tramos en los que el paisaje se hace verde, cruzamos "ouids" ( cauces de ríos) la mayoría secos y pedregosos.
Nos acercamos a la costa, son casi las 4, cuando llegamos a Essaouira , no hemos comido salvo el café de la mañana, así que buscamos unos puestos de pescado que conocemos, para ponernos las botas.
El lugar me encanta, son unos puestecitos pintados de rayas azules y blancas, con el pescado expuesto a la entrada de cada unos de ellos, rn los que eliges lo que quieres y te los ponen a puñados en una bandeja, para pesarlo y decirte lo que vale, pero no conocen a Bel, regatea como si en ello le fuera la vida, al cambio, consigue regatear tres euros, que aquí es una fortuna, mientras le espero sentado en un banco disfurtando de todo esto.
Comemos con las manos, lo que empieza a preocuparme...
Mi moto está perdiendo aceite, creo le ha sido " un toque" al bajar un escalón de piedra, no tenemos llaves tan grandes, preguntamos en una gaso por un taller y directamente nos llaman al mecánico, que aunque es domingo, nos lleva a su "garito" y comienza a desmontar el cubrecarter, vaciar el aceite y comprobar daños. He tenido suerte, el carter no está dañado, ha sido sólo un afloje de la tuerca por el toque", he podido gripar el motor porque estaba casi seco.....
Seguimos hacia Agadir, aunque sabemos que no vamos a llegar, porque comienza a atardecer, pero nos da igual, nos sentimos más fuertes tras el atracón de pescado, y decidimos disfrutar del track que transcurre por la playa, con un viento de poniente constante y un sol que se niega a desaparecer y qu tiñe todo de amarillo.
Algunas de las imágenes son surrealistas, estamos solos, al pasar las gaviotas levantan el vuelo ( ya sólo por este momento el viaje ha merecido la pena).
Se hace de noche y no encontramos sitio paras dormir, en los pueblitos que pasamos no hay albergues ni nada parecido, así que nos espera noche de hoguera y saco.
Vemos una casa de piedra derruida que vamos a aprovechar para guarecernos, no tiene techo, le quedan en pien algunas paredes, pero nos parece una mansión.
Montamos tienda, hoguera, bota de vino (con vino casero del Somontano, que me ha regalado un paciente y que no hay chulo ue se lo tome en condiciones normales), jamón de Lola (no te imaginas como sabe aquí) y agua del camel mezclada con pastillas de isostar, un buen menú jajajjaja
Estos ya están en marcha, han dormido como cerditos, y por cierto me han dejado en medio, con lo que el concierto ha sido en estéreo jajjajaaj
Continuará
Día 4
La etapa de ayer nos ha triado hasta
Sidi Ifni, pueblo costero que se sale un poco de la tónica de lo que puedes encontrar por aquí, hoy nos merecemos un hotelito, " la suerte loca" con ducha caliente, para intentar despegar el pelo, que se ha convertido en un amasijo, que parece adobe.
Fueron 370 Km encima de la moto, lo que nos costó casi todo el día y no nos dio tiempo a comer, así que tuve que tirar de unas almendras garrapiñadas y unos restos del jamón de Lolita, con unos trozos de hogaza de pan, que han ido colgando de mi equipaje todo el día y que curiosamente siguen en su sitio, que junto con unos tragos de vino contemplamos los cuerpos algo doloridos.
La salida de nuestro refugio fue tempranera, Bel ( el hombre de los fuegos) hizo una lumbre en lo que denominamos salón, para calentarnos y hacer unos tazones de café y té para él, que nos saben a gloria.
Como en la "casa" no hay techo,porque se derrumbó, no tenemos problemas de evacuación de humos, como tampoco hay vecinos nadie se queja, nos estamos agitanando jajajaj
A partir de Agadir nuestro camino se pega al Océano Atlántico,algunos tramos de carretera y otros de pistas de arena de playa, con dunas donde la moto se convierte en una " cabra loca" y sube el nivel de adrenalina.
Vamos mucho tiempo de pie, amortiguando también con las piernas y con el peso del cuerpo hacia atrás para quitar peso a la rueda delantera.
El día es brumoso y muy húmedo, unas olas enormes y sinceras llegan de una forma extraña a la costa, como en diagonal.
Nuestra parada de avituallamiento fue histórica, después de rellenar agua y comprar una latas de sardinas picantes, nos tomamos un té en un garito, nos atiende el dueño, que fue futbolista de joven y tiene una foto en la pared de la época, todavía con pelo y dientes, pero ahora no le queda ni uno, me refiero a los dientes.
Como siempre hablamos del real madrid y del barsa, aquí es el tema favorito, nos entendemos malamente y si nos salimos de eso, la comunicación es más compleja, entiende que Mani es el " Gran Walloming", y nos dice que Michael Schumaquer tiene una casa en la zona, que conocemos a Obama y que Mani cena con una de sus hijas, joder que lío jajjajajaj
Por la tarde vimos lo que llaman " las patas de elefante" enormes paredes de piedra horadadas por el mar formando unos orificios enormes por los que se puede pasar sin problemas cuando la marea está baja, que no es el caso, y el mar nos llega a dar en las botas dando la sensación de que estamos naufragando; definitivamente no podemos atravesar el último paso si queremos conservar las motos.
Nos vamos a Sidi a cenar y descansar que estamos molidos.
Ya hoy por la mañana nos damos cuenta de que no podremos terminar la ruta que teníamos prevista, estamos avanzando más lento de lo previsto, con lo que abortaremos destino " Al Aioun" al sur de Marruecos, com lo que estamos valorando alternativas.
Continuará
Día 5
La etapa de ayer entre Sidi Ifni y Asa, 450 Km fue de las que hacen historia.
La ruta comenzó por unas pistas de montaña, que se estrechaban cada vez más, con unas pendientes de esas en las que sólo se puede dar la vuelta a la moto dando la espalda a la pendiente, porque si lo haces al revés te juegas el tipo.
Intentamos seguir el trak que llevamos marcado, pero se cierra continuamente, está cortado por regueros profundos y se cierra por matojos bajos y piedras sueltas, lo que hace imposible el paso, así que decidimos ir hasta Playa Blanca por carretera.
Vamos bordeando la costa, vemos el océano continuamente, con multitud de hileras de olas que llegan blanquecinas a farallones negros de piedra que caen, a veces en playas vírgenes y otras en acantilados a los que da miedo asomarse.
La carreterita se convierte en camino y entramos en faena, pista de montaña, por la que perdemos de vista el agua, con pasos sinuosos y subiditas interesantes, hasta que por fin llegamos a Playa Blanca.
Es otro de los sitios que hay que visitar, al menos, una vez en la vida, y recorrerla entera, son cerca de 40Km de playa desierta, amplia y lisa, jalonada por dunas de un amarillo suave.
El mar llega de una forma tan dulce, que deja una orilla de una amplitud enorme, en la que las olas lamen la arena con suavidad, dejando su reguero de espuma.
Queda una enorme franja mojada, bañada por una película de agua, que adquiere un color plateado, por la que puedes ir con la moto, porque la arena es muy firme y soporta bien nuestro peso.
El día está algo brumoso y llega un momento en el que me parece que estoy sobre una nube, la moto no vibra a penas, es un terreno tan suave que parece una autopista hacia el cielo y la finísima capa de agua hace el resto.
Tengo imágenes en la retina difíciles de olvidar, Bel entre las gaviotas, Mani haciendo sus posturas en la moto, mientras gravamos con la " go pro" instalada en el casco de Bel.
Vemos un esqueleto de ballena, un par de restos de naufragios, algún que otro todo terreno y un par más de motoritas, que han parado a hacer fotos con un trípode, supongo sobrecogidos por el lugar.
Decidimos llegar hasta el final, aunque el trak abandona la playa antes, para disfrutar a tope, no queremos perdernos ni un metro.
Al fondo se adivina una enorme pared de piedra negra, y a medida que llegamos a ella la playa se va estrechando y la arena se hace mucho más blanda, las dunas van desapareciendo y la orilla del mar se hace cada vez más pendiente y las olas rompen con ímpetu, ya no parece la misma playa.
Comprobamos que no hay salida y al intentar dar la vuelta, las motos no traccionan porque se hunden hasta los ejes, la arena está muy mezclada con pequeños trozos de conchas, lo que la hace muy pesada.
La marea empieza a subir de forma alarmante, intento dejar mi moto en el lugar más alto que puedo para echar una mano a mis compañeros de batalla.
Cuando me giro y veo a Bel que le están llegando las olas y cda vez llegan le entierran más la moto, voy corriendo, pero con el equipo me hundo bastante, como si fueran arenas movedizas, llegar hasta él es todo un logro; parezco un astronauta cuando intentan caminar sobre la superficie lunar, con esos saltitos tan característicos,
Por fin llego a donde está, las olas nos llegan por encima de la bota y la moto está clavada; entre los dos la movemos para hacer un hueco, pero está como fijada con cemento a las entrañas de la tierra, llamamos a Mac, porque la cosa se está poniendo muy fea, y entre los tres y con las fuerza y el coraje que salen de no sé donde, en los momentos límites, por fin conseguimos evitar el robo que el mar nos quería hacer.
Que respiro, ha sido un momento de adrenalina a tope, mi sorpresa es que mientras hemos sacado la de Bel, la mía que estaba en lugar "seguro" empieza a ser requerida por el mar.
De nuevo nos toca empeñarnos a fondo, aunque esta vez la situación no es tan crítica.
Salimos de la trampa despues de desenterrar varias veces las motos, porque en cuanto paramos para ayudarnos se hunden , que pesadilla.
La primera subida que vemos practicable, nos parece una escapatoria, y en breve estamos en acantilado rocoso con una vista increíble, nos desplomamos muertos y sin resuello.
Hemos estado a punto de cagarla, pero hemos funcionado bien, como un equipo, pendientes los unos de los otros, de eso se trata, de compartir lo bueno y lo malo, esto es como un matrimonio, pero sin derecho a roce jajaja
El lugar merece un reposo, lo que queda de vino unas latas de sardinas picantes y unas hogazas de pan que me parece la mejor comida de la historia.
Mientras miro el paisaje pienso como es la vida, que cambiante, que caprichoso el destino, lo bueno se puede convertir en trágico sin previo aviso.
Satisfechos por haber superado la difícil prueba, pensamos que ya no nos puede pasar nada más, mientras vemos que se acarcan un par de paisanos que nos hacen entender que no podemos ir hacia donde pensábamos porque estamos en zona militar y están de maniobras, y que por nuestra seguridad abandonemos el lugar por la costa, jajajajajaja, quieren que bajemos al infierno de nuevo, jajajsjsjs, siempre puede ser peor...
Les explicamos que bordearemos, pero que bajar ni de coña, preferimos un misil en el cogote.
El atardecer nos sorprende entre paredes de piedra que se se tiñen de naranja, de forma gradual, lentamente, seguimos avanzando hasta que llegamos a destino ya casi de noche.
La cena fue un espectáculo, si puedo prometo contarla...
Día 6
La etapa de ayer no sé muy bien como definirla, Mani dice que por primera vez hemos tenido que hacer un " rescate".
Comenzamos en Asa, desde donde salimos casi una hora antes de lo habitual para aprovechar que por las mañanas hace mejor temperatura, estamos a 36 grados, lo que en la moto con el equipo y por estos pedregales te desgasta sin piedad.
Estamos en mitad del desierto donde el silencio es total, no hay ni siquiera pájaros que nos consuelen el despertar tempranero.
La salida del pueblo atraviesa un mar de piedras y bolsas de plástico de varios colores, que lástima, tienen un verdadero problema con las basuras y sobre todo con el plástico cerca de algunas poblaciones.
Nos metemos enseguida por pistas muy malas, llenas de piedras sueltas con aristas cortantes, que no nos dejan levantar la vista ni un segundo, intentando que no se descontrole la moto y de con nuestros huesos en el suelo; aquí una caída significa "pupa" seguro.
Ayer dijo Mani que tenía el culo rojo como un mono, pensé que yo lo debía tener muy parecido, así que me miré las ingles ( por cierto no recuerdo la última vez que lo hice, jajajaj) y pude comprobar que tengo un par de ampollas del roce con el sillín, que parecen dos gusanos de seda jajjaaj, que sumadas a las que tengo en las manos, me hace pensar que me hago blandito.
Comentamos por la mañana la suerte que hemos tenido de no pinchar ni una sola vez ( en las ruedas delanteras llevamos cámara), que poco nos dura la alegría, a los pocos km, comienza el calvario, Mac pincha la delantera en un lugar donde no hay un solo árbol que nos proteja del sol.
Desmontamos la rueda, pero los parches no pegan, gastamos todos los que llevamos en un intento desesperado de que la moto no quede inutilizada, en ese estado no podemos remolcarla.
Analizamos la situación y es bastante jodida, estamos lejos de cualquier población y la cámara de los chinos de " casi todo a cien" no hay quien la arregle, comienza el rescate, hasta ahora nunca nos habíamos tenido que separar, Mani se tiene que quedar solo y nosotros nos vamos con la rueda a intentar repararla en algún sitio.
Le dejamos con agua y comida y nos despedimos del naufrago a las 12.20 con una sensación de pena y preocupación a partes iguales.
Después de un tramo de pista salimos a una carretera comarcal en la que vemos una gasolinera, venden la gasolina en bidones, y los surtidores, que no funcionan, tienen tanto polvo y suciedad como nosotros.
El chico que nos atiende abre un cuartucho y saca parches y pegamento que tienen buena pinta " , aleluya!!!! parece que estamos salvados, pero después de casi dos horas de poner distintos tipos de parches, incluso dobles, la cámara de los chinos de Mani se resiste a contener el aire.
Llega otro, que no sabemos muy bien quien es (aquí aparecen personajes por todos los sitios cuando preguntad algo y todos opinan aunque no tengan ni idea) y decide de un trozo de la cámara que acabamos de reventar ( hemos intentado poner una más pequeña que ha explotado en cuanto le hemos metido presión) hacer na especie de bufanda.
Después de dos horas parece que la "ñapa"aguanta, de vuelta al campamento base a recoger al naufrago del desierto.
Montamos la rueda y nos ponemos en marcha, que gusto el aire y sentirnos en movimiento, queremos salir cuanto antes de esta caldera.
Cuando llevamos dos Km, la rueda pierde el aire de nuevo, se me pinen los pelos de punta, sabemos que el pueblo más cercano donde tienen esa medida de cámara está a 140 Km lo que nos va a suponer muchas horas para estar de vuelta y llegar de noche por una pista muy complicada.
Dejamos de nuevo a Mac, con la tienda, alguna lata, agua y pan, esta vez puede que tenga que pasar la noche solo.
Nos vamos rumbo a Guelmin conocido como "la puerta del desierto", y en el camino vamos preguntando por si tuvieran alguna cámara de la medida que necesitamos.
Llegamos casi de noche, y los mismos policías de la entrada, que nos piden el pasaporte de forma rutinaria, lo que me sienta fatal cuando estoy tan agotado, nos indican muy amablemente donde la podemos conseguir.
Llegamos a una tienda de motos, en la que, por fin, nos venden un par de ellas, comenzamos la vuelta sin perder tiempo, pero no puedo resistir la tentación de parar a tomar un zumo de naranja en un puesto.
Llevamos sin comer nada desde la mañana y me empiezan a faltar las fuerzas.
Circular por estas carreteras de noche es toda una experiencia, llevan las luces apuntando al cielo, lo que nos deja ciegos cada vez que nos cruzamos con un coche, si es un camión la sensación es brutal, ademas de la "bofetada" de su rebufo que nos mueva la moto como si fuera una pluma, empujándonos a un arcén inexistente.
Llegamos al campamento a las 22 pm, unas latas de "caballa" , pan y a sobar, estamos muertos.
Creo que voy a odiar la caballa y las sardinas picantes durante mucho tiempo jajjaj.
El naufrago se encuentra bien y creo que muy feliz de vernos, ha pasado casi todo el día solo en mitad de la nada, donde no hay ni siquiera olores, no ha pasado ni un alma en todo el día...
Mani, queremos tu relato!!!!
Día 7
La etapa de ayer también tuvo su miga, hicimos 500 km, desde el desierto cercano a Asa hasta Marraquech.
A las 6. 00 de la mañana nos ponemos en marcha: Mani a arreglar su rueda, yo a escribir y Bel a seguir sobando como un niño " es muy fisiológico" jajajjaj
Tuvimos que "neutralizar" ( como se dice en el argot dakariano) la etapa porque Mani no se encontraba en condiciones, estaba con síntomas claros de deshidratación: palidez de mucosas, debilidad, mareos, calambres y necesitaba hidratarse rápido, reponer electrolitos y olvidar la pesadilla de estar casi medio día solo en mitad de la nada y sintiéndose cada vez más débil ( me encantaría que escribiera lo que sentía en esos momentos, aunque creo que lo ha vivido como aturdido, en un estado de somnolencia que no le dejaba capacidad para demasiadas cosas.
En una hora tenemos la crónica hecha y la moto arreglada, despertamos al " joven" y mientras Mani se tumba recogemos el campamento, tenemos que salir cuanto antes, el día está claro y el sol va a pegar fuerte.
A medida que nos alejamos por la misma pista que ya he hecho cinco veces y que reconozco cada piedra, cada curva, la puedo hacer sin mirar el navegador, aunque tampoco me serviría de nada, porque hace un par de días que se ha vuelto a estropear, enciende la pantalla, muestra el mensaje inicial que en su día me grabó Mani : "perrito piloto Lassie, MacNavas es mi guía" y se vuele a apagar jajajajaj, me fijo en las montañas que nos rodean y me parece estar dentro de una cocha gigante, en un vientre güero (sin embrión), en un mundo lejano, irreal.
Por el camino encontramos un "tesoro": tres naranjas en mitad de la pista, pensaréis, " que raro", os explico, las traía atadas al equipaje y sólo llegó una sana, que se la tomó el náufrago como si fuera el elixir de los cuentos de Asterix y Obelix.
Aprovechamos la " siembra" y nos zampamos una cada uno, que nos saben a gloria.
Al rato salimos a carretera y en la gasolinera donde intentamos reparar la rueda el día anterior reponemos líquidos y desayunamos todo lo que pillamos, huevos duros con sal, pan con quesitos, té, café y chucherías varías....
Mac ha llegado por lo pelos, mareado, casi sin fuerzas, lo que me hace pensar si para la próxima me traigo una uvi móvil conmigo jajajaja
Estamos un buen rato hasta que vemos que el náufrago del desierto comienza a recuperar las fuerzas.
Nos quedan muchos km hasta nuestro destino, así que lo tomamos con calma.
A Bel se le ocurre que nos pongamos tapones, para evitar el zumbido en los oídos que te queda después de mucho rato con la moto en marcha, como veis son todo comodidades y lujo en nuestros viajes a Marruecos jajajaj
Es la primera vez que conduzco con tapones, pero me parece genial, me aísla de la moto y me deja pensar con más claridad.
En estos trayectos largos, dónde el paisaje es tan monótono, las rectas interminables, todo piedras (en las que si dejas un trozo de hogaza de pan, en un momento parece que acaba de salir de la tostadora, algo bueno tiene el asunto jajajajja ), te haces tu propio compañero de viaje, en mi caso voy generando cada crónica y a la mañana siguiente sólo tengo que recordar y escribir.
Ahora son las 4.20 de la mañana, estamos en el camping donde dejamos las motos y el carro, en una jaima, con una cama para cada uno, esto ya pinta mejor, los días de tienda hemos dormido tan pegados, que si no era Mani el que me echaba el brazo por encima dormido, o despierto diciendo que quería amor ( es de esos tíos que en cuanto se despierta empieza a dar el coñazo jajajaj), era Bel el que se daba la vuelta y me ponía la espalda sobre el brazo, que nochecitas!!! Lo curioso es que ahora que tengo una cama para mi solo me he despertado todavía más pronto, serà que les echo de menos?
Hoy nuestro destino es Nador con coche carro y motos, nos queda cargar, recoger lo equipos y muchos km por delante...
Anexo al día 5 , la cena
Antes de que se me olviden los detalles....
Cuando llegas a algún pueblo, despertamos curiosidad, muchos se acercan a saludar, algunos nos preguntan si queremos algo, los niños a mirar las motos, otros a saludar simplemente y preguntarnos si hemos tenido buena ruta.
Ya hemos localizado un hotelito, estamos muy cansados para montar la tienda y el terreno es demasiado pedregoso para encontrar un par de metros más o menos lisos.
No parece haber ningún sitio para cenar con lo que subimos a un lugareño flacucho y parlanchín pero que no se le entiende nada y comenzamos con la compra, vamos a cenar en su casa y cocinará su mujer para nosotros.
La ptumera parada es es en yna carnicería donde compramos 1 kg de carne de camello, que nos cortan delante nuestro de una pieza colgada junto a la cabeza del animal, un par de paradas más para bebidas y fruta y nos guía a su casa, en un callejón, por supuesto con el suelo de arena, y sin luz.
Entramos en una casa modesta pero limpia, nos hacen pasar a su salón, con alfombras en el suelo,y algunos cojines apoyados a la pared, nos descalzamos para entrar y nos sentamos en el suelo.
Al rato nos presenta a su hijo, un chaval de unos dos años que nos recibe con un beso y una sonrisa, el pobre es estrábico y cuando se enteran que soy " médico de los ojos" me preguntan confirmando lo que ya les han dicho, que tendrán que taparle un ojito.
Comienza la ceremonia del te, que escancian primero de la jarra a los vasos y luego varias veces a cada vaso, traen un recipiente con brasas para mantener el agua hirviendo, es mejor no pensar....
El maestro de ceremonias es hermano del flacucho, curiosamente no se llama Mohamed ni Hassan, con lo que no me acuerdo de su nombre, tiene 18 años y muy buena presencia.
Nos hace un montón de preguntas, dice que habla inglés, con lo que Bel le pregunta: " how old are you@ y responde: si, en la escuela, que fuerte nene....
Le lleva como media hora hata que nis ofrece el primer vaso de té, está muy dulce y ni sabe a hierva buena, muy auténtico.
Cuando llevamos una hora, ya son las 23 y estamos muertos, comenzamos a penar si poner una excusa e irnos sin cenar, se nos cierran los ojos, yo me duermo un instante sobre un cojín, al rato Mac apoyado en la pared, joooo
Cuando ya hemos perdido toda esperanza, traen una jofaina de plástico para que nos lavemos las manos, mmmm esto funciona, ya son las 23.50 y por fin llega la cena, primero un vaso de leche, de no sé muy qué, zumo de naranja mezclado con plátano riquísimo y un guiso de camello con guisantes naturales, patata y especias, que nos comemos con las manos, como es habitual aquí, ayudados de trozos de pan.
El guiso sabe de maravilla, la mujer aparece de vez en cuando para recibir nuestras alabanzas, li que agradece con con una amplia sonrisa.
Mientras cenamos el flacucho no ha parado de hablar, algunas cosas las entendemos la mayoría no, se prepara un porro de hachís y sigue hablando sin parar, horror que alguien nos ayudeeeee!!!!
Un cigarrito y nos disculpamos, que episodio, lo que ni nos pase a mosotros....
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